Antonio Parras

Cuerpos del delito es una serie donde el delito es del cuerpo o, mejor dicho, está en el cuerpo. Literalmente. Y también gráficamente. La silueta que dibuja en el suelo la posición de la víctima contiene la historia de su asesinato. Como en toda investigación policial, el cadáver cuenta cómo murió.

Reseña en la editorial: Hay atracciones, hay enamoramientos, hay pasiones y hay amores locos. El amor loco es un combinado de obsesión y desarraigo que puede conducir al éxtasis o a la aniquilación y casi siempre, uno después de otro, a los dos. En ese estado de alienación o, quizá, de absoluta lucidez, el mundo y sus nimiedades desaparecen. Entre los brazos del ser amado, el único lugar donde la vida es posible, todo se percibe radiante pero bordeando el eclipse, ordenado pero asediado con el caos, placentero pero lindando con el dolor. El loco amor sólo desea fundirse con el amado y para ello no le importa ni siquiera distingue entre vivir en él y vivir con él. El amor loco es intensidad en estado bruto, vibración emotiva a punto de estallar.

Simone trabaja en un circo, con su padre. Pero dramáticos acontecimientos la llevarán a recorrer países como Túnez o Turquía simpre tratando de convertir en realidad su gran sueño.