La caída del muro de Berlín en 1989 no es una marca más en el desarrollo cronológico del siglo XX; indica un umbral que cierra una época para abrir una nueva. Representa el punto de inflexión de una transición al cabo de la cual el paisaje intelectual y político experimentó un cambio radical, el vocabulario se modificó y los antiguos parámetros de análisis fueron reemplazados. La historiografía, profundamente afectada por esta ruptura, ha debido cuestionar sus paradigmas, interrogar sus métodos y redefinir sus áreas. …