Clotilde Coron

En revisitant le mythe du croquemitaine à sa manière, Filippi signe un conte fantastique en deux volumes d'une grande humanité. Avec Le croquemitaine, Lebeault donne toute la mesure de son talent et transfigure ce récit poignant par son dessin tout en élégance et sensibilité.

Érase una vez ellas en el Oeste. 1872, Hippolyte. En este pueblo fantasma perdido en Arizona, la población es de 27 almas: 27 mujeres. Esta comunidad de amazonas del desierto ha conseguido pasar desapercibida, aunque vive de los ataques a las diligencias y convoyes que atraviesan la región. Pero la cohesión de este grupo tan unido pronto se ve sacudida cuando capturan a un hombre que lleva varios meses investigándolas. Por no hablar de una vieja conocida que reaparece después de diez años, para recuperar su botín…

Adaptación de la exitosa novela de Michel Folco Un lobo es un lobo. Makyo y Nardo mezclan aventura y humor negro en una historia ambientada en una comarca francesa del siglo XVIII.

Eros es un niño travieso y Psique es una princesa con una extraordinaria belleza que intimida a los hombres y despierta los celos de Afrodita. El encuentro del amor con la mente revolucionará la tierra y el Olimpo.

En el seno del panteón olímpico, Afrodita ocupa un puesto tan particular como paradójico. Nacida de la extrema violencia, la castración de Urano cuyo esperma se mezcla con la espuma del mar, ella sale de entre las olas para ser la diosa del deseo y de la belleza. Tiene el poder de hacer sucumbir a sus encantos tanto a dioses como humanos. Sin embargo, se casa con el único olímpico feo, Hefestos, el herrero cojo.

Muchos son los que sucumben a los encantos de Afrodita, hasta el punto que es difícil recordar a todos los descendientes que ha podido engendrar. Pero cuidado con atreverse a enfadar a Afrodita, su belleza esconde un temperamento impetuoso y una personalidad susceptible. La belleza y el deseo dan tanto placer como sufrimiento y su diosa les representa y los sufre.

Seductor inveterado, el rey de los dioses está dispuesto a todo para alcanzar sus fines: metamorfosis, manipulaciones, engaños, trucos diversos… Ya sean diosas, ninfas o simples mortales son innumerables las que corteja, desea y persigue y que le han dado una rica progenitura.

Tántalo, rey de Frigia, se cree un dios más, Ixión cree que puede seducir a Hera, Niobé se cree superior a la diosa Leto y Faetón que puede conducir el carro del sol… Todos pecan de orgullo, ese Hibris que conduce a los que se creen triunfadores a la perdición.

En el cosmos creado a través de los dioses, apareció el ser humano que, en principio, estaba sometido a sus normas, las leyes divinas, pero la inteligencia humana desarrolló otras leyes destinadas a organizar las sociedades que iban formando. A veces estas leyes podían resultar antagónicas y generar un dilema: ¿obedecer a las leyes divinas o a las humanas?
El mito de Antígona trata de uno de estos dilemas que enfrenta los deberes familiares, inspirados por los dioses, y el castigo a los malvados, establecidas por los legisladores.

La tragedia familiar de Antígona nos remite a su padre, Edipo, y al destino maldito de una familia condenada a pagar la maldad de un antepasado.