Laure Manel

Todas las historias son obra de Manel Ferrer, utilizando varias firmas según el personaje o estilo dibujado (Manel, Manuel, Nelete, elferre, Nelet, Man, Manolo…)

Contiene historias de Manolo, Irene, La Marchu, Frankanstain, Farsán y otros personajes paródicos y humorísticos.

Todas las historias son obra de Manel Ferrer, utilizando varias firmas según el personaje o estilo dibujado (Manel, Manuel, Nelete, elferre, Nelet, Man, Manolo…)

Contiene historias de Manolo, Irene, La Marchu, Frankanstain, Farsán y otros personajes paródicos y humorísticos.

Texto en solapa: Durante largos años no hemos tenido noticias de este antihéroe tuerto de difícil pasado y aparentemente sin escrúpulos. Motel Nawi supone el reencuentro de M con su autor Manel Gimeno y el de éste con el cómic. En este tiempo Manel ha trabajado en otras áreas de la ilustración sin dedicarse a lo que es su ámbito natural. Ahora vuelve a retomar el personaje con más fuerza e ilusión que nunca.

Otro tomo del inagotable Manel, esta vez parodiando a 2001 Odisea Espacial y toda su prole…

De la contraportada: El Manolo y la Irene son una pareja corriente. Se conocieron, se gustaron, se casaron, tuvieron hijos y se separaron. Lo normal, vamos. Manolo lleva el sexo entre ceja y ceja y, aunque lo practica de forma más imaginaria que real, siente su llamada libidinosa. Irene es una mujer independiente que, como su ex marido, todavía atiza la llama de su sensualidad. Lo dicho todo muy corriente. Bueno, no tanto, porque un humorista de fuste como Manel es capaz de sacar un gran partido de situaciones tan sencillas, pero, al mismo tiempo, tan esenciales en el diario devenir, y de aportar a la vida de sus personajes un tono jocoso y cotidiano muy personal.

De la contraportada: El Manolo y la Irene son una pareja corriente. Se conocieron, se gustaron, se casaron, tuvieron hijos y se separaron. Lo normal, vamos. Manolo lleva el sexo entre ceja y ceja y, aunque lo practica de forma más imaginaria que real, siente su llamada libidinosa. Irene es una mujer independiente que, como su ex marido, todavía atiza la llama de su sensualidad. Lo dicho todo muy corriente. Bueno, no tanto, porque un humorista de fuste como Manel es capaz de sacar un gran partido de situaciones tan sencillas, pero, al mismo tiempo, tan esenciales en el diario devenir, y de aportar a la vida de sus personajes un tono jocoso y cotidiano muy personal.