Nicolas Allard

Orak es un semiorco, hijo de una elfa roja y de un orco, cuya mezcla de sangres lo ha convertido en una criatura inmortal. Tras varios siglos de existencia, ha conseguido una vida tranquila lejos de la civilizació, con su esposa y sus hijos hasta que se desata el peor acontecimiento bélico de la historia de Aquilon y toda su vida se desmorona.

Asceltis había sido un gran rey. La época de su reinado se remontaba tantos siglos atrás que incluso las criaturas más viejas no guardaban más que un vago recuerdo. Ahora sólo le sobrevivía el nombre que había legado a aquellas tierras bañadas de magia y de brumas. Asceltis, el país de los mil pueblos.

“El trono de arcilla” –“Le trône d’argile” en el original- nos presenta sin cortapisas la Guerra de los Cien Años, uno de los conflictos bélicos más importantes en Francia, el cual marcó sus relaciones con la vecina Inglaterra como punto álgido de la belicosa Edad Media. Éste nos sitúa en el siglo XV, más concretamente en el primer número, “El caballero del hacha”, en 1418, en el palacio real donde las conspiraciones se suman para desestabilizar un trono ya debilitado por el enfrentamiento con los ingleses.

Hariti, la Reine prêtresse sent les ans flétrir son corps. Pourtant elle n’a toujours pas réussi à donner la vie. Son époux, Mansa a eu un enfant avec sa favorite. La mère du garçon est morte quelques jours plus tard. Et depuis lors, l’esprit a déserté le corps pachydermique du souverain. Après s’être offerte sans succès à une multitude d’amants de toute origine, avoir absorbé mains breuvages et potions, la colérique et redoutée Hariti s’en remet finalement au démon-mère Obatala pour faire d’elle une mère. L’esprit lui indique qu’elle aura un enfant grâce au caravanier Alfan et à sa vierge de fille.

“El Prosopopus es igual de grande que un oso, tiene la piel a veces blanquecina como la leche de burra, a veces amarillenta como la orina.”Relato extraño y penetrante, completamente mudo, Prosopopus nos descubre un mundo donde, a su imagen, brota un monstruo moderno, brutal, despiadado y grotesco por su desmesura.

Tras mil años de guerra, Oscitan encuentra la paz bajo la acción de los magos gobernantes, pero esta sigue siendo frágil y no evita que el mal siga dominando el mundo. Para consolidar los nuevos gobiernos y luchar contra el caos, se crea una orden encargada de hacer cumplir la ley y la justicia: los Maestros Inquisidores. Obeyron es el más temido de entre ellos, y debe acudir a una misión junto al elfo I’Jaren.