«Sonaron clarines. Señal de inicio del ataque. El alférez real cabalgó con el pendón a lo largo de las filas cristianas entre vítores de entusiasmo. Las gentes se persignaban, encomendándose al dios de las batallas. Luego, por unos instantes, se hizo silencio denso de sepulcro, roto sólo por el revoloteo de un bando de perdices.» Tras la humillación por la derrota de Alarcos, las órdenes militares hispánicas y el Temple - unidad militar de élite, con su estricto código de honor- son los últimos diques de la cristiandad frente a la marea almohade…
"La Leyenda del Tiempo es un poema mágico, extraordinariamente hechizante y de una fuerza evocadora tan grande que cada vez que lo escucho mi cabeza se va a otros universos y, como dice el poema, floto como un velero en el tiempo. (Desde el nadir) "