Solo para moscas, de Micharmut
Ed. de Ponent, 2012 | Spanish | CBR | 272 páginas | 213 MB
Si por un instante nuestros ojos tuvieran la proporción que ocupan el rostro de una mosca comenzarían en las cejas para acabar cerca de la comisura de los labios (labios que por otra parte, que no resistirían comparación con esa hermosa trompa peluda que hace de boca en el díptero, que chupa y no mastica, encuentra y no busca). Y sólo nos referimos al nivel visual de la estampa; porque lo verdaderamente importante, lo maravilloso en los ojos de la mosca, es su mirada.