"… meets their high standard. Warmly recommended." ~Fanfare
… La música "seria", logia o kosmiki, se desarrolló sobre todo en Constantinopla, centro de las artes de todo el Oriente desde su fundación hasto principios de nuestro siglo, asi como en las grandes ciudades (Esmirna, Giannena, etc), alrededor del palacio de los emperadores bizantinos. Con la caída de Constantinopla, continuó desarrollándose durante el Imperio Otomano con nuevas influencias turcas, persas y árabes, llegando a su máximo esplendor en la época comprendida entre 1700 y 1923, año en el que se desintegró el Imperio. Esta música comprende obras maravillosas compuestas por griegos, turcos, armenios, judíos, etc., que crearon así una enorme tradición multicolor de música logia que se conoce como "música clásica otomana".
A partir de la desintegración del Imperio Otomano, tanto griegos como turcos rechazaron esa mùsica por ser multirracial, y cada uno comenzó a crear la "suya" propia, incorporando armonias y polifonias occidentales mediante el temperamento de los intervalos y la creación, a principios de siglo, del buzuki como instrumento griego protagonista. Asi pues, la música griega actual ha cambiado mucho, pero sigue viva brindando generosamente su inagotable riqueza a toda persona que se le acerque.
New recordings of unfamiliar, imposing concertos by an Italian contemporary of Prokofiev.
From the time of the reign of the empress Elizabeth Petrovna a different way of life began to establish itself in Russia, and a different kind of woman, not only aristocratic through birth but also because she belonged to a creative élite: a woman at one and the same time musician, poetess and composer of ballads, who sang and played several instruments […] These 'new' aristocrats adopted European manners, combining them with typically Russian tradition. (Irina Chudinova)
A true spate of recordings in recent years has illuminated the best qualities of Georg Philipp Telemann's chamber music, which is instrumentally colorful, adept in its combination of styles, and often possessed of sheer imagination and a delightfully cheeky sense of humor. For a great example of the kind of thing Telemann does all the time that Bach would rarely if ever do, hear the Entrée from the Ouverture for oboe d'amore, two violins, viola, and continuo in E major, TWV 55:E2 (track 6), where the music unexpectedly shifts into triple meter and back again.
Un portrait de Luigi Boccherini (1743-1805) sans concerto pour violoncelle, sans le menuet fameux du quintette en mi majeur ? Mais non moins fidèle au caractère du compositeur toscan émigré en Espagne : fantasque et passionné.